Lobos en instrumentos de cuerda frotada
07-11-2021 a les 10:33:00,
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Un tema de lo más controvertido en luteria de instrumentos de arco, violín viola violoncello y contrabajo, son los llamados "lobos", en inglés, wolf notes.
Aunque se han hecho algunos estudios y en terminos generales se entiende el porqué se producen los lobos, nadie ha podido dar hasta la fecha soluciones definitivas al problema.
En su libro "Violin Restoration, A Manual for Violin makers" H. Weisshaar y M. Shipman, dos referencias para el mundo de la restauración y reparación, no nos dan demasiadas soluciones, al menos satisfactorias, al tema de los lobos.
Se habla, por ejemplo, de que los lobos son un problema de resonancia, lo cual es correcto, pero, a mi juicio, sacan la inexacta conclusión de que cuanto más resonante sea el instrumento, entendido de otro modo, cuanto más "bueno" sea el instrumento, tendrá más posibilidades de tener lobos. Esta afirmación, ha dado pié a que "dealers" y en general comerciantes y vendedores de instrumentos, en ocasiones luthiers, justifiquen así los lobos presentes en instrumentos que pretenden vender, hasta llegar al punto de crear el mito de que si el instrumento presenta un lobo, es porque es bueno, y por tanto no hay que hacer nada para solucionarlo...
Otras de las posibles soluciones según Weisshaar, pasan por pedir al músico que experimente con la técnica a la hora de tocar. Por ejemplo, algunas de sus propuestas son, que "haga más vibrato ", "que aleje un poco el arco del puente", o que "cambie la velocidad o presión del arco... " finalmente incluso sugiere a los chelistas que aprieten un poco el cuerpo del instrumento con sus rodillas para disminuir la intensidad del lobo...
Tales propuestas me ofendieron como músico, la primera vez que las leí, ya que pretendían poner la técnica instrumental al servicio de la solución de un problema estructural del instrumento. Y si bien hoy pienso que, en parte, el músico adapta su técnica al instrumento para conseguir los resultados deseados, sigue pareciéndome extraño que ninguna otra solución técnica pueda ofrecerse al músico que sufre de este molesto defecto en su instrumento.
Hoy sigo consultando a menudo ese libro, ya que lo considero una referencia en lo que respecta a la reparación de instrumentos de arco, y creo que las desafortunadas propuestas para atenuar los lobos son más bien fruto de la frustración de no haber podido dar una respuesta definitiva al problema, después de tantos años de oficio.
Pero lo cierto es que los lobos son un problema, en ocasiones, muy difícil de resolver. En mi opinión los instrumentos de cuerda son estructuras muy complejas, con muchas variables ocurriendo al mismo tiempo y por ello, tan difícil de evaluar y en ocasiones de localizar el problema. Algo más parecido, por ejemplo, al cuerpo humano, en donde millones de acciones suceden al mismo tiempo y la complejidad misma de ese sistema nos maravilla de que no colapse a cada instante...
Como un buen médico, un buen luthier no da recetas mágicas ni definitivas que acabarán con el problema, pero lo estudia durante toda su vida, con la intención de conocerlo mejor cada vez y poder mitigar sus efectos y en el mejor de los casos solucionarlo. Aquí intentaré ayudar a entender mejor los lobos y explicar algunas de las soluciones que he aplicado
PARTE I
Bien, comencemos, ¿que son los lobos? Pues, yo no soy de ciencias, pero básicamente y para resumir diré que son dos frecuencias demasiado parecidas o idénticas, que chocan una con otra.
Los instrumentos cuando suenan producen innumerable cantidad de frecuencias, además de la propia nota que estemos tocando. De hecho, la nota que estamos tocando es, en sí misma, un sinfín de armónicos naturales (frecuencias) sonando a la vez, empezando por su fundamental, la octava, la quinta y así sucesivamente toda la serie de armónicos naturales.
Cuando tocamos el instrumento, todo él vibra, y cada una de sus partes produce una frecuencia propia y mayoritaria, el cordal, el diapasón y la frecuencia de aire del interior de la caja, son tres de las más importantes.
En casi todos los lobos están involucradas una o más de estas tres frecuencias.
Cuando dos frecuencias importantes están muy cercanas o son iguales, cada una intenta "imponerse" a la otra y se "bloquean". El instrumento es incapaz de vibrar a la vez y reproducir las dos frecuencias en conflicto y además la nota que estamos tocando y entre las tres, se produce la "nota lobo", en la que no se acaba de establecer nunca la frecuencia de la nota en cuestión y se produce una suerte de "hipo" sonoro con interrupciones más o menos rápidas del sonido.
Entonces, una vez entendido esto, ¿podemos dar por solucionado el problema? No tan fácil. Primero debemos encontrar cuales son las frecuencias que están en conflicto.
PARTE II
Mi método es el siguiente. Empiezo por buscar el lobo, generalmente el músico sabe muy bien dónde está y si en ocasiones se mueve o de qué manera sale más claro. Una vez bien localizada la nota, buscamos si alguna de las anteriores frecuencias comentadas, cordal, batidor, aire... coincide con esta. Para ello, podemos utilizar el ingenio y variedad de métodos, como describo a continuación.
Para sacar las frecuencias, debemos primero de todo, enmudecer las cuerdas, ya que sus resonancias nos van a entorpecer. Con una esponja o trapo grueso entre las cuerdas, evitaremos que resuenen. Después ya podemos ir directamente a buscar la frecuencia del diapasón, por ejemplo, dando un golpe sordo en el final del mismo. Otra forma de sacar esta frecuencia, es con el arco. Pasándolo por la parte interior (parte concava) l hacia el final del batidor. Con mucha resina en el arco y algo de práctica, al final, lograremos sacar una frecuencia.
La frecuencia del cordal, suele ser más fácil de sacar, pasando el arco por la parte superior (parte convexa) justo por debajo de donde salen las cuerdas. Dando golpes con las yemas de los dedos, y siempre con las cuerdas bien enmudecidas, también puede salir.
El tercer caso es el más difícil. La frecuencia de aire de la caja, en un violín o viola, la podemos sacar soplando a través de las efes, y procurando que el flujo de aire golpee justo la arista de las mimas. Con instrumentos mayores es necesario otros métodos. Con el instrumento suspendido y las cuerdas enmudecidas damos golpes por diferentes partes de la caja y buscamos una frecuencia que sea común en todas ellas, probablemente, esta sea la frecuencia de aire de la caja. éste es mi método y me suele dar buenos resultados, aunque hay más, véase Chuck Traegger "Coda"
CONCLUSIÓN
Una vez tenemos localizadas las frecuencias veremos que probablemente coincidan dos. O coinciden dos entre ellas (coincidentes o no con la nota lobo) o una sola coincide con la nota lobo. Cualquiera de los tres casos nos daría problemas.
Entonces, ¿qué hacer para solucionarlo?
Debemos deshacer la coincidencia moviendo al menos una de las frecuencias.
La madera vibra y resuena como consecuencia de su estructura, su densidad, su peso, su forma, etc. Por lo tanto, si modificamos estructura, peso, densidad, etc habremos cambiado también su resonancia. Por ejemplo, el cordal es uno de los elementos más sencillos de modificar. Si detectamos que la frecuencia del cordal está dando problemas, tal vez un simple cambio de esta pieza por otra de forma, densidad o peso distinto hará cambiar lo suficiente su frecuencia como para que ya no coincida con la nota lobo. También podemos modificar el cordal sin cambiarlo, quitándole madera de la parte interior o cambiando el tira cordal por uno de materiales diferentes...
De manera similar podemos actuar si el problema es la frecuencia del batidor.
Cuando el problema es la frecuencia de la caja, la solución es más compleja. Si detectamos una zona de la tapa con una vibración excesiva y descontrolada que al tocarla hace que desaparezca el lobo, esto nos puede estar dando una pista de que esa zona es demasiado fina y podríamos contemplar la posibilidad de colocar un parche de madera nueva para restablecer un espesor más saludable...
En ocasiones un movimiento y/o cambio de alma, puede también cambiar la frecuencia, o incluso ¡inflar un globo en el interior de la caja! Esto hará que cambie el volumen de aire total del interior de la caja y por tanto su frecuencia...
Solucionar el problema de los lobos pasa siempre, como he dicho, por tener la mente abierta y despierta, experimentar y no tener miedo a probar cosas. Y sobre todo tener paciencia y entender que es un problema complejo debido a la propia complejidad de los instrumentos de arco.
1 comentari - Lobos en instrumentos de cuerda frotada
Andrés Serafini - 16-02-2023 a les 12:10:01
Excelente Emiliano, Muy claro e inspirador.